Ataque de Pánico Psicóloga Valeria Segura

Ataque de pánico

Ataque de Pánico-Terapia Psicológica

El ataque de pánico es una señal de un malestar emocional profundo que merece ser comprendido y tratado.

¿Qué es el ataque de pánico?

Los ataques de pánico son episodios de miedo ansiedad repentinos e intensos, acompañados de síntomas físicos que pueden alcanzar su punto máximo en cuestión de minutos. Pueden durar segundos u horas, pero la mayoría duran entre 5 y 20 minutos.

Pueden ocurrir sin previo aviso, incluso durante un estado previo de calma. Su intensidad, duración y el número de síntomas que se manifiestan puede variar de un episodio a otro, y de una persona a otra.

Los sentimientos de ansiedad, temor y las sensaciones físicas de un nudo en el estómago y un latido cardíaco pueden llevar a los pacientes a pensar que están sufriendo un ataque cardíaco. O también que el episodio es síntoma de una enfermedad cardíaca, trastornos respiratorios o incluso enfermedad de la tiroides.

Muchos pacientes que sufren un ataque de pánico por primera vez suelen llamar a una ambulancia, pero normalmente no es necesario ir al hospital

A pesar de ser extremadamente angustiosos y desagradables, los ataques de pánico por lo general no son peligrosos y no necesitan un tratamiento hospitalario.

 

¿Cuáles son los síntomas del ataque de pánico?

  • Frecuencia cardíaca acelerada/ palpitaciones
  • Falta de respiración o hiperventilación
  • Sudoración
  • Convulsiones
  • Entumecimiento
  • Dolor en el pecho
    Mareos o vértigo
  • Náuseas
  • Sensación de ahogo
  • Miedo intenso a que algo malo vaya a pasar (por ejemplo, la muerte)

¿Cuáles son las causas del ataque de pánico?

Los ataques de pánico están causados, básicamente, por el hecho de que el cuerpo entra repentinamente en “modo de lucha o huida”. Son mecanismos naturales o incorporados en nuestro cuerpo, que han evolucionado para poder hacer frente al peligro, ya sea luchando contra el atacante o huyendo. Para hacer cualquiera de estas cosas, debemos ser tan rápidos y fuertes como sea posible, por lo que nuestro cuerpo se inunda de adrenalina, lo que acelera nuestra respiración y la frecuencia cardíaca para conseguir más oxígeno de nuestro cuerpo y de nuestras células tan rápido como sea posible para hacer frente a la amenaza. Esto causa la mayoría de los síntomas físicos. Esta respuesta de lucha o huida se desencadena por el repentino comienzo del miedo. Lo que desencadena ese miedo es más difícil de explicar; en algunos casos, las fobias, las circunstancias emocionales o las situaciones de estrés pueden ser la causa, pero en muchos casos no existe una razón obvia. Sin embargo, una vez empiezan los síntomas físicos, estos pueden asustar al paciente aún más, causando la liberación de más adrenalina que solo empeora los síntomas. Las personas que sufren otras afecciones también pueden sufrir ataques de pánico, lo que significa que la otra afección es la causa del ataque de pánico. Tales afecciones incluyen TEPT, TOC, hipertiroidismo, trastorno de ansiedad social y depresión. Las personas que regularmente experimentan ataques de pánico pueden ser diagnosticadas con trastorno de pánico.

Bucle del pánico

En el trastorno de pánico, las personas están atrapadas en un círculo vicioso en el que cada crisis de pánico aumenta la ansiedad y éstas, a su vez, propician la aparición de más ataques de pánico. 

Lo principal es conocer el funcionamiento de los ataques de pánico para perderles el miedo, lo que hemos visto anteriormente. Saber que no corro un peligro vital al experimentarlo, sino que son sensaciones bastante desagradables que acabarán pasando ayuda a reducir el miedo y ansiedad que generan, por lo que evitaremos prolongarlos en el tiempo.

El diálogo interno es un factor clave en cómo me afectarán los ataques de pánico: tanto si no se han dado como si se está produciendo, cómo hablamos con nosotros mismos sumará o restará intensidad al miedo. No es lo mismo decir:

“¡Otra vez, esto no acabará nunca!”  en comparación a un «¡Podés manejarlo, pasará pronto!»

Recomendaciones para eliminar el ataque de pánico

  • Respiración consciente: Inhala profundamente por la nariz, mantén el aire unos segundos y exhala lentamente por la boca. Esto ayuda a calmar el sistema nervioso.
  • Enfócate en el presente: Utiliza técnicas de atención plena o mindfulness. Concéntrate en el aquí y ahora, describiendo en voz alta o en tu mente lo que ves, escuchas, sientes y huelas, para anclarte en la realidad.
  • Busca apoyo: Si estás con alguien de confianza, pídele ayuda y comunícale lo que estás experimentando.
  • Usa afirmaciones positivas: Repite frases tranquilizadoras para ti mismo, como «esto pasará», «estoy a salvo», «puedo manejar esto». Ayuda a contrarrestar los pensamientos catastrofistas.
  • Distrae tu mente: Escucha música relajante, ejercicios de visualización o cuenta hacia atrás de 100 en intervalos de tres en tres.

  • Practica relajación muscular: Tensa y relaja los músculos de tu cuerpo de manera progresiva, comenzando por los pies y subiendo hasta la cabeza. Esto puede reducir la sensación de tensión corporal.

  • Busca ayuda profesional: aprenderás estrategias específicas para manejar los ataques de pánico y abordar sus causas subyacentes.

  • Cuida tu estilo de vida: Mantén hábitos saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular, sueño adecuado y evita el consumo excesivo de cafeína, alcohol o drogas recreativas, pueden desencadenar o empeorar los ataques de pánico.

Preguntas Frecuentes

Los desencadenantes pueden variar, desde factores emocionales hasta situaciones de estrés, fobias específicas o trastornos de ansiedad. La terapia puede ayudar a identificar y manejar estos desencadenantes.

No hay un tiempo fijo, ya que depende de cada persona. La terapia suele ayudar a controlar los ataques, reducir su frecuencia con el tiempo y abordar las causas subyacentes.

Dependerá de la complejidad en la historia del paciente. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es comúnmente utilizada. Se centra en cambiar los pensamientos y comportamientos que contribuyen a los ataques. Además, se podrán utilizar diferentes terapias como Terapia de Aceptación y Compromiso, Brainspotting, EMDR, etc., según los requerimientos de la persona. 

Sí, la terapia busca comprender las causas profundas para abordar el problema desde su origen y no solo los síntomas.

Esto depende de cada caso y puede ser discutido con el profesional de la salud mental. En algunos casos, la combinación de terapia y medicación puede ser beneficiosa, pero no siempre es necesaria.

La ansiedad suele ser más prolongada y generalizada, mientras que los ataques de pánico son episodios repentinos e intensos de miedo o malestar. La terapia ayuda a diferenciarlos y abordarlos de manera específica.

 

Descartar padecimientos médicos

La mayoría de personas que padecen ataques de pánico recurren, en primer lugar, al servicio de urgencias, porque los síntomas podrían confundir al paciente y pensar que está padeciendo un ataque cardíaco.

El especialista llevará a cabo una revisión física, psiquiátrica y puede conllevar estudios específicos. Además, descartar los trastornos que implican el consumo de sustancias. 

Es probable que el profesional en psicología le sugiera visitar al médico, si aún no lo ha hecho. 

Terapia contra los ataques de pánico
Nuestra Psicóloga

Dra. Valeria Segura

Psicóloga y psicoterapeuta graduada de la Universidad Latina a nivel de Licenciatura en Psicología. 

Cuento con experiencia en población infanto juvenil, la misma adquirida en alternativa de protección con población en riesgo social. Abordando temáticas de abuso sexual, trastornos del neurodesarrollo, trauma infantil y acompañamiento en procesos de adopción nacional e internacional. 

Me apasiona el abordaje infantil desde una crianza respetuosa. 

La experiencia adquirida con población adulta ha sido a través de la atención clínica privada, donde mi mayor prioridad es brindar una atención basada evidencia científica y con un gran calor humano.

EMDR (infanto-juvenil y adultos, trauma psicológico, apego y disociación).

Método PARCUVE (Pánico, ansiedad, rabia, vergüenza, culpa) para el abordaje del trauma psicológico, apego y disociación. 

Brainspotting.  Neuroprocesamiento e integración del trauma

Técnica Caja de Arena sensible al Trauma Psicológico Complejo.

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